Yo no se muy bien qué es lo que hace que quiera tenerte acá. Yo no se muy bien qué es lo que pasa. Yo no se muy bien nada. Y en verdad entiendo que no es que no sepa nada, sólo que no quiero decirlo. Si hablo en voz alta todo se vuelve real, y aunque si lo quiero, no quiero. Es todo confuso.
Me gustaría romper tus miedos con un hacha, no no... con una espada, no mejor no. Me gustaría romper tus miedos con mis manos. Despedazarlos, triturarlos, tirarlos lejos para que no puedas volver a verlos. Me gustaría ser una especie de heroína de tu vida y no hay papel que deteste más que el de heroína. No existe.
Me puse a pensar en vos y me di cuenta que, lo que más me gusta es que me dejas que no me ahogue en palabras. Me dejas que te mire a los ojos y te diga muchas cosas. Pero también es verdad que me dejas bastante y no me gusta.
Te veo caminar despacio hacía la nada y no me gusta. A mi no me gusta nada que signifique distancia. No me gusta cuando te vas lejos. No me gusta cuando no me dejas hablarte. Muchas cosas no me gustan y no puedo evitarlas.
Porque ayer cuando desperté te puse delante de mi y ahora no puedo igualarte. Tu espalda, la miro y entiendo que no puedo acercarme y me alejo, me voy rápido, corro a pesar de que no hay nada que quiera más que acercarme.
