Como
una aplanadora
Se
asientan sobre mí
Tus
huesos.
Como
un manto de flores,
Duermo
una suave siesta
En
tus huesos.
Me
acurruqué en un costadito de tus vertebras,
Quise
quedarme ahí para siempre
Escondida
para que no lo notes
Enredada
en tus huesos.
Cuando
la luna se escondió y se hizo de día,
El
resplandor me dejo a la vista de tus ojos
Y
me pediste que me fuera
Y
nunca más pude dormir en tu cuerpo.