Un beso llega

Tenía tantas ganas de besarte,
tantas tantas.
Cuando me hablabas de los recuerdos de tu infancia
y me señalabas a donde vas cuando te aburrís los mediodías.
Tenía tantas ganas de besarte
mientras mirábamos juntos Breathless
y los dos soñábamos 
con ser Jean Paul Belmondo y Jean Seberg.
Tenía ganas de besarte cuando te reíste del chiste que te hice
justo después de coger
cuando nos miramos con ternura.
Cuando nos tapamos con las sábanas
porque el invierno invadió nuestra habitación,
seguí con ganas de besarte.
Despacito, en la mejilla y en tus labios,
acariciarte la cara con mi nariz
y hacerte cosquillas en el cuello.
También tuve muchas ganas de besarte 
la noche que fuimos a ver a Juana Molina al teatro
y en cada acorde me gustaba afirmar con la mente
que para mi también la gloria es verte volver
y saber que un beso llega.
Un beso llega.