Perfume francés

Los dolores que nacen
con la desesperación de un olvido,
 recuerdos que queman
y distancias que se alargan en el horizonte.
El dolor que me nace de tus manos que recuerdo
y de tu rostro que olvidé
como olvido mi último paseo por la montaña 
a medida que los días pasan.
Tus ojos que me miraban fijos y me pedían que no me aparte.
Por la ventana entraba el sol de un nuevo día
que nos decía en voz baja
que todo terminaba.
Y atrás quedaba el aroma del café desde la cocina
y tus pasos en la habitación
buscando cigarrillos.
Cuando me fui de casa llovía
y la lluvia borraba tus huellas de mi piel
impregnada del perfume que te compraste en Francia
un año antes de conocerme.